Las caras largas de los ciudadanos norteamericanos contrastan con la de los europeos, pura euforia tras el ajustado 2-1. Tiempo atrás, esos tres pitidos hubiesen supuesto el adiós al interés mediático de un deporte que, en el mejor de los casos, camisetas nba baratas remontaría ante la proximidad de un nuevo torneo internacional.